«Actualización Legal»

Crisis Política de Brasil en sus últimos 25 años de Gobiernos Democráticos

Por: Carlos López Contreras.

Como mucho se ha escrito sobre sus gobiernos militares, hoy ofrezco unas líneas sobre las crisis que le ha tocado sufrir a este hermano país durante sus últimos 25 años de gobiernos democráticos como resultado -según afirman- de la corrupción y la impunidad.

Si nos retrotraemos a 1992, ese año abundaron las denuncias contra un sistema de venta de influencias, sobornos, y la agudización de la crisis económica con una inversión monumental y 8 millones y medio de personas que perdieron sus empleos en un año. El presidente Fernando Collor de Melo, que era de derecha, iniciado el juicio político y ante la soledad política, interpuso su renuncia y le sucedió en la presidencia, de acuerdo a su sistema jurídico, su vicepresidente.

El 12 de mayo de 2016, El Senado de Brasil en una votación de 55 contra 22, culminándose la investigación emprendida por la Fiscalía contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, retomada por el Tribunal Supremo Federal y las imputaciones y condenas por sobornos millonarios en Petrobras en la operación Lava Jato, el Senado suspendió a la presidenta, de izquierda, para algún juicio político que podría terminar en su destitución. La situación actual evoca la crisis de 1992, porque el escándalo del Lava Jato, viene acompañado de la pérdida de 1,8 millones de puestos de trabajo por el vertiginoso riesgo de la economía, con recesión galopante, desde el inicio del segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff en enero del 2015. Dato curioso, es que el expresidente Collor de Melo, ahora senador, también votó por la suspensión de la presidenta. La vacante en la presidencia fue asumida por el vicepresidente Michel Temer, mientras duró el juicio político.

Estos hechos políticos fueron traumáticos para Brasil y América Latina, pues se trata -aún con la crisis- del Estado con la más robusta economía del subcontinente; un estado con vocación para participar en las grandes ligas internacionales, económicas, políticas y de seguridad; miembro del grupo BRICS, aspirante a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad, aspiración que ha sido apoyada por Honduras.

En el marco de esta crisis, conviene recordar que en su vecindad geográfica (Paraguay) el 22 de junio de 2012 también resultó otra situación similar, donde el presidente Fernando Lugo resultó destituido por el Senado mediante una votación de 39 votos a favor y 4 en contra. Una hora después de la votación, el expresidente aceptó su destitución y le sucedió en el cargo su vicepresidente. En ese caso, Paraguay fue suspendido de UNASUR y del Mercosur, donde Venezuela ocupó su lugar. Sin embargo, no fue suspendido de su participación en la OEA, ni fue negada su representación en las Naciones Unidas, aunque algunos gobiernos de la región, en particular los más exaltados de la órbita aurora, rompieron relaciones con Paraguay, pero el caso no tuvo éxito alcalde trascendencia, pues las relaciones se normalizarán después de las elecciones el año siguiente.

Ahora que se ha presentado el caso de Brasil, las grandes interrogantes son: ¿romperán relaciones con Brasil algunos gobiernos de América del Sur? ¿Lo suspenderán en el UNASUR? ¿En el Mercosur? ¿En la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños? ¿En la OEA? ¿Le negarán su derecho a su representación en las Naciones Unidas? ¿Cerrar los créditos en los organismos financieros internacionales?

En consideración a un realismo político y económico, es improbable que ese tipo de medidas puedan emprenderse contra Brasil, incluso por gobernantes extremistas. Por ejemplo, excluirlo del Mercosur o de Unasur, equivalente a los que permanecen en esos sistemas, se aíslen.

A última hora ha circulado el rumor que los gobiernos de Cuba y Venezuela promocionaron una ofensiva diplomática contra Brasil, desde Ginebra, lo que según el escritor argentino Andrés Oppenheimer, crearon que se necesitarían de una lista.

Independientemente de uno o varios gobernantes hagan el ridículo, creo que la mayoría actuará con las sensaciones que aconseja el realismo político.

Creo que en América Latina, volverá a predomina la doctrina “Estrada”, en materia de reconocimiento de gobiernos, doctrina de orgullosa cuna mexicana, de la calidad un día hace siete años la cancillería y gobierno mexicano abjuraron, sin que hasta la fecha los gobiernos de la época, se han justificado ante su pueblo y su historia.

Lo cierto es que, mientras prevalece el actual sistema de Naciones Unidas que se funda en la igualdad soberana de los estados, todo estado tiene la obligación, en la aplicación de la carta de las Naciones Unidas, de respetar la soberanía de los demás, y de abstenerse de intervenir en sus asuntos internos, de manera abierta o encubierta.

Todo lo cual significa, lo que no se debe hacer, jurídicamente, contra Brasil, tampoco debe hacerse contra un país pequeño, porque tan soberanos son las grandes potencias como los pequeños estados.

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